Entrevista a Aníbal Ortizpozo sobre el Evento “LAS 40 MEDIDAS de la Unidad Popular”
Realizada por la Investigadora Daniela Opazo de la Universidad de Chile sobre el Evento que se efectuó en el Museo de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, el 18 de junio 1971 y en
la Plaza de Armas de La Serena 12 de septiembre 1971.
1.
Consideraciones
Previas.
2.
Entrevista
de Daniela Opazo.
3.
Anexos. Documentos y fotos relacionadas
1 CONSIDERACIONES PREVIAS
Son demasiados años transcurridos, 45 para ser
exacto, como para reconstruir eventos
como éstos, que se realizaron en un tiempo que siempre fue insuficiente, debido
a que los creadores realizábamos además, tareas políticas simultáneas entre sí:
talleres de educación política en fábricas y poblaciones; el desarrollo de la
obra personal; trabajos alternativos para el sustento (profesores, diseñadores,
etc.). Nos definíamos como trabajadores del arte y la cultura (no como
artistas) y afirmábamos, con sentido de
humor, “somos los más y los mejores” porque difícilmente en el campo del arte,
música, teatro, danza, literatura, artes visuales, intelectuales en general,
podíamos encontrar creadores que no estuvieran apoyando, al gobierno de la
Unidad Popular.
Después de ese hermoso sueño de construcción del Socialismo, que duró tres
años, vino la traición, el bombardeo a La Moneda, la muerte, encarcelamientos, torturas, el humo, el dolor, el exilio, la quema de
talleres, documentos, libros y obras de
arte que habíamos realizado los artistas
de la Unidad Popular.
De las violaciones de los derechos humanos, durante
la dictadura, nace el miedo, el olvido voluntario y los disfraces para poder
trabajar y sobrevivir. Y es que entre ese olvido y la impunidad, reinante hasta
el día de hoy, se ha hecho casi imposible la investigación y reconstrucción de
eventos como éste, la Exposición de las 40 Medidas de la Unidad Popular. Se
suma a ello, que los participantes de entonces, han fallecido o estamos demasiado
viejos, además que se requiere tiempo y recursos económicos para las
investigaciones.
Si algo se puede recuperar es por la
perseverancia de algunos pocos que nos aferramos a una “porfiada memoria” que
permita hacer justicia a la historia del Chile de los años setenta. También
estas acciones las dificulta la instauración írrita e ilegal de la Constitución
Pinochetista vigente hasta nuestros días. Dura tarea para los que se atreven a
investigar y tratar de rescatar eventos importantes y únicos en el arte y la
cultura chilena, realizados durante el gobierno de construcción del socialismo
del Compañero Presidente Salvador Allende.
Finalmente, todo ello hace que el material que
se obtenga, pueda ser considerado aleatorio, remoto, inconsistente y sea
necesario desambiguarlo con otras entrevistas a los que participaron en el
Evento las Cuarenta Medidas de la Unidad Popular.
2 ENTREVISTA EN SÍ
- ¿Cómo
se enteró de la exposición y quién lo invito a participar de la muestra?
Al respecto, sí creo que hubo artistas que se
les invitó a participar a las muchas actividades expositivas que se realizaron.
Personalmente, no necesité de una invitación porque los que invitábamos éramos
nosotros, el Comité de Artistas de la Unidad Popular, con sede en la Facultad
de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Es muy importante saber que los
miembros de éste Comité, militantes o no, de los partidos de la U.P., fueron el
núcleo ideológico fundador y creadores de un programa artístico-cultural para
la construcción del socialismo. Grupo humano que permaneció activo, sus nombres
se repiten en casi todos los eventos a los cuales se suman otros artistas
plásticos invitados. La primera actividad nuestra fue “El pueblo tiene Arte con
Allende”, 30 participantes y 80 exposiciones simultáneas en todo el país, para
hacer consciencia y obtener recursos económicos para la campaña presidencial de
Allende.
-¿Participó
en otras exposiciones organizadas por el
IAL o el MAC? De ser así ¿Hubo un método de trabajo similar entre las 40
medidas y otras exposiciones del IAL o el MAC
Efectivamente, creo que si la memoria no me
traiciona, casi en todas, no sólo del IAL y MAC, también desde el Departamento
de Teoría y Enseñanza del Arte, el Centro de Alumnos de Pedagogía en Artes
Plásticas, el Departamento de Cultura del Ministerio de Educación, el BAFONA
(Ballet Folklórico Nacional), la Casa de la Otra Cultura de la Municipalidad de
La Granja, y en infinitas actividades culturales propuestas por obreros y
pobladores que solicitaban nuestra presencia.
-¿Cuál(es)
fue la(s) medidas(s) que abordó en dicha muestra?
Puedo decir que no abordé ninguna de las 40
medidas tal como aparecen redactadas en los decretos presidenciales, no
obstante, el tema se refería a la “nueva cultura”, educación, y medios de comunicación. El arte y la cultura aparece
en las 40 Medidas, sólo como la medida cuarenta: “Creación del Instituto
Nacional del Arte y la Cultura y Escuelas de Formación Artística en todas las
Comunas”.
- ¿Hubo en la(s) medida(s) que participó un
trabajo grupal? De ser así ¿Quiénes conformaban su grupo y qué métodos de
trabajos usaron?
Por supuesto, todos los trabajos de este evento
incluían un artista responsable coordinador para la realización de la obra y
grupos de personas afines con formación política-artística. En la obra nuestra,
los participantes provenían del taller de grabado de la Casa de La Otra Cultura
de La Granja, el Centro de Alumnos de Pedagogía en Artes Plásticas del
Departamento de Teoría y Enseñanza del Arte. Entre ellos, los más activos Luis Moya Gorigoitía, Rolando Viera P. y seis
más que me reclamarán por no recordar exactamente sus nombres, aunque sus rostros
y apoyo solidario están vivos en mí.
Para la parte conceptual de la obra, usamos técnicas de dinámica de grupos, para
establecer los textos que aparecen en las dos columnas rojas “Sí y adelante”
y “No y basta”.
Las imágenes que están rodeando las columnas
fueron dibujadas por mí, sobre cartulinas de colores y recortadas a mano por
los integrantes del equipo que además colaboraron en el pegado sobre los
paneles de madera. Incluso, personas que pasaban casualmente por donde se
estaba trabajando la obra, colaboraban en ella, recuerdo que un pintor de
letras que tenía su taller en Matucana, cerca del Museo, se ofreció y realizó
los textos en las columnas, nunca supe su nombre.
Tanto el panel, como las columnas las construimos
con el apoyo de los trabajadores del Museo de Arte Contemporáneo de Universidad
de Chile, Quinta Normal.
-¿Conoce,
recuerda, el trabajo de algún otro grupo de la muestra? ¿Eran todas las obras
grupales?
Sí, aunque hoy se diluyen en mi memoria, eran
tiempos del corre-corre, entrábamos al Museo trabajábamos un poco, en ocasiones
después de la jornada laboral de cada uno, y salíamos corriendo. No
coincidíamos con el horario de los demás grupos de trabajo. Recuerdo la obra
realizada, creo que por Irene Domínguez
para el tema de la Agricultura y la producción de leche, esas vaquitas bailando
le sacaban una sonrisa a la gente; las maderas policromadas de la Instalación
de Francisco Brugnoli; y el caballo de “La Hormiguita”, Delia del Carril que no
es una obra grupal. En otras palabras, no todos los artistas tuvieron la
posibilidad de crear un grupo de trabajo y realizaron una individual.
- ¿Cuáles
fueron los objetivos que se plantearon para la exposición?
Difundir las 40 medidas de la Unidad Popular
desde la visión personal y creativa de sus artistas plásticos. En otras
palabras, una poética del compromiso de los trabajadores del arte y la cultura,
en la construcción del socialismo, por una sociedad más justa e incluyente.
-¿Qué
recepción tuvo el público con la exposición en el momento de la inauguración?
Desde luego, sólo puedo hablar de la asistencia
de un púbico cautivo entusiasta que felicitaba a los creadores por su esfuerzo
en una actividad que no estaba mediada por ganancias económicas, sino por
esfuerzo y convicciones personales. Desde luego, era un público militante y
simpatizantes del gobierno de la Unidad Popular. Me estoy refiriendo en a la
inauguración en el MAC de Santiago.
-Hubo un
principio de incendio en la muestra, en la obra “Contra la violencia
reaccionaria y la sedición” ¿Recibieron algún tipo de amenaza previa a este
hecho? ¿Se encontraron a los culpables del incendio?
Por una razón que no me explico, y que tiene
que ver con mi agitada agenda laboral de esos tiempos, no recuerdo
absolutamente nada de éstas interrogantes. Pero leyendo la entrevista a mi
querido compañero Guillermo Núñez, no sólo me entero, sino que creo que si
sucedió, es como él lo relata, porque siendo Director del MAC, le toca actuar e
investigar cuando se suceden hechos como éstos.
-Las 40
medidas viajo a La Serena, sabemos que Ud. fue el gestor de aquella idea. ¿Cómo
fue recibida allí la exposición?
Al
tratarse de una exposición al aire libre, en la Plaza de Armas de La Serena, la
asistencia fue mucho mayor, dado que nunca se había hecho en esa ciudad una
actividad de este tipo. La mirada del público
fue sin prejuicios, artísticos,
ni políticos.
Para ellos, fue un evento cultural-artístico
único, pude apreciar el entusiasmo colectivo, tanto de autoridades como del
público, que hasta se ofreció para cuidar las obras, además personalmente
decidí incluir paneles blancos planos y circulares para que tanto niños como
adultos, dibujaran sobre ellos, participación que los hacía sentir orgullosos e
invitaban a sus círculos de amigos y familiares, no sólo a ver la muestra sino
también su trabajo.
También con la muestra de La Serena al aire
libre, confirmó mi hipótesis que tiene que ver con el Museo como un cementerio
donde las obras se “sacralizan” y “cosifican” colgadas de un clavo en los
muros, con pólizas de seguros de alto costo y sistemas de protección. Nosotros
ya teníamos experiencias de exposiciones al aire libre en poblaciones de La
Granja y en la Plaza de Armas de Santiago, proyectos que se basados en la democratización
de arte, mediante la participación de
los pobladores de las comunas donde las
hacíamos. La razón de éstas acciones era fortalecer o crear una democracia
participativa cultural y artística para el pueblo de a pie, que en la mayoría
de los países se auto-excluye en un 70% no entrando a los museos, les asusta
los vigilantes, el lujo, el pago de entradas, y el trato en general que
encuentran.
-Por el
carácter de la muestra y al público que buscaba llegar ¿Considera Ud. como
mejor emplazamiento el museo (MAC) o la Plaza de armas de La Serena?
Sin duda, la Plaza de Armas de La Serena. Sigo
creyendo en las exposiciones gratuitas al aire libre para incorporar a los
ciudadanos que, como expresé con anterioridad, la mayoría del pueblo está fuera
del circuito del arte. Pregúntele usted sobre arte a un albañil, a un taxista,
a una vendedora de una tienda, incluso a funcionarios de los ministerios y va
encontrar respuestas como “No…yo no sé nada de arte.!”
-¿Qué
paso con las obras de la exposición una vez finalizada la exposición tanto en
Santiago como en La Serena?
No me consta, pero hasta que se pueda demostrar
lo contrario, creo que es como dice Guillermo Núñez. Fueron destruidas o quemadas durante la dictadura
cívico-militar chilena.
-Finalizada
la muestra. ¿Hubo algún tipo de reflexión por parte de los artistas o
instituciones a cargo con respecto al trabajo artístico, los planteamientos
teóricos o recepción del público? ¿En qué desembocaron dichas reflexiones?
Sólo pequeñas evaluaciones a nivel académico en
la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, de las cuales creo que
no hay registro de ello. Tampoco ha sido fácil encontrar crítica o reseñas de
prensa. La excepción a la regla fue el evento “América no invoco tu nombre en
vano” al que considero como el más criticado, comentado y reseñado en la
prensa.
-¿Qué
sabe de los pobladores de La Granja que participaron en la exposición y
llevaron al plano plástico la medida “La nueva cultura”? ¿Tuvo interacción
directa con ellos?
Los pobladores de La Granja que participaron en
el equipo que me tocó dirigir, quedaron súper motivados. De allí nace el deseo
de ellos de hacer una exposición en el MAC con sus grabados, aquí vale la pena
decir que así como la memoria me traiciona a mí, también lo hizo con otras
personas, cuando afirman, por su cercanía en el tiempo de inauguración que la exposición de Grabados de Pobladores de
la Granja, fue parte de la exposición de las 40 Medidas, lo cual no fue así.
La exposición de las 40 Medidas en el MAC fue
el 18 de junio de 1971, mientras de la de los Grabados de los pobladores de La
Granja fue, también en el MAC, del 8 al 30 de mayo de 1971, la cual la llevé a
La Serena con patrocinio del Departamento de Arte de la Universidad de Chile,
sede La Serena que dirigía el Profesor Jorge Iribarren. Dicha muestra fue
inaugurada en el mes de mayo de 1972, hay una reseña de prensa con las palabras
del Profesor Iribarren.
-¿Cómo
fue su experiencia como director de la Casa de Cultura de La Granja?
Para ser justo con esa experiencia,
extraordinaria, única, tendría que escribir un libro. No obstante, resumiré en
pocas líneas parte de ella:
Lo de la Granja es una
historia muy larga, efectivamente soy el creador (fundador) de la que llamamos
CASA DE LA OTRA CULTURA de La Municipalidad de la Granja, hoy gran Centro
Cultural, de cuyos orígenes fundacionales quiso apropiarse la Dictadura y
después lo desarrolló la Concertación.
La sede fue la casa patronal
del Fundo la Bandera, experiencia romántica, altamente exitosa para su tiempo, espacios
que se me entregaron vacíos. Fue el
compañero Pascual Barraza, para ese entonces Ministro de Obras Públicas de
Allende, que me contactó, a fin que desarrollara un proyecto cultural para el
cambio y por el socialismo.
En lo fundacional, lo primero
que hice, fue convocar a una consulta de pobladores en una asamblea de
dirigentes de las organizaciones de base, para que me dijeran, mediante una
encuesta, cuáles eran sus necesidades culturales y artísticas, eran cerca de
300 poblaciones a las cuales se accedía principalmente por la Avenida Santa
Rosa. Yo vivía en una parcela alquilada en las Rosas, a la altura del paradero
37 de La Granja.
Convocamos a los pobladores perifoneando
desde un viejo Volkswagen que recorrió todos los barrios. La asamblea tuvo una
asistencia masiva, aplicamos la encuesta y... ¡oh sorpresa!, las necesidades no
eran las que todos los intelectuales y artistas creíamos… Las necesidades más
relevantes fueron: 1. La falta de información y comunicación entre las
comunidades; 2. La inseguridad ciudadana; 3. La aridez y falta de arborización
de las calles, parques, áreas verdes, etc.; además de otras donde los talleres
artísticos no aparecieron y sobre dichos requerimientos, planificamos y
programamos el trabajo.
La “Casa de la Otra Cultura”
nació sin presupuesto, sólo donaciones ocasionales de mobiliario y materiales.
Los primeros talleres apuntaron a la enseñanza y construcción de diarios
murales, creación e impresión de folletos; una sala de lectura; educación
política y música. Con el tiempo, se fueron incorporando otras especialidades.
Los facilitadores fueron voluntarios o profesores destinados provenientes de
instituciones del Estado.
Una de las donaciones más
preciadas fue que el IDIM (Instituto de Investigaciones Marxistas) donó una
valiosa prensa para grabado artístico que había pertenecido al reconocido
artista Pedro Lobos, que da origen al taller de grabado de los pobladores de La
Granja, donde fui su facilitador y que posteriormente realiza la exposición en Museo de Arte Contemporáneo de la
Universidad de Chile.
Para ese tiempo, existían
casas de la Cultura, como la de San Miguel, pero yo pensaba, y pienso, que esas
casas de la cultura fomentan el individualismo desclasando a los participantes
que al ingresar a sus talleres lo hacían sólo para beneficio y lucro personal.
En nuestra “Casa de la Otra
Cultura”, lo más definitorio, fue que los que asistían, eran designados por las
organizaciones comunitarias de Base, tenían el deber de enseñar en su comunidad
lo que habían aprendido con nosotros. Fuimos unos adelantados de la autogestión
y la práctica multiplicadora de la enseñanza en los talleres y cursos. No
pretendíamos tener la verdad, era una experiencia más, pero con imaginación
política.
¡Sorpresa!, por las sinrazones
de la burocracia y lucha por el poder político, dentro de la UP, tomé la
decisión de renunciar, facilitando así su continuación. Dejé la Casa de la Otra Cultura de La Granja
contra mi voluntad en pleno funcionamiento, con un equipo de profesores voluntarios y cerca de 300 alumnos en su mayoría adultos.
Han pasado más de 40 años, y si en la recuperación de la memoria histórica
verdadera, es necesario decirlo, ya no hay ninguna razón para callar el porqué
de mi alejamiento.
Cuando fui a Chile por primera
vez, en el 2012 después de 35 años, el alcalde de ese tiempo, Claudio Eugenio
Arriagada Macaya, reconoció públicamente y en ceremonia interna que yo había
sido el fundador de ese Centro. El encargado de cultura, Stanley Dennis
Freeman, ordenó que se me hiciera una larga entrevista, la que se filmó teniendo como fondo el mural restaurado
de Matta con la Brigada Ramona Parra del PC.
Con la elección de Piñera,
salió el alcalde y cambiaron al
encargado de Cultura, NUNCA me enviaron la entrevista, donde hablo en extenso
sobre mi experiencia cultural en La Granja, también cuestiono el emplazamiento
del mural de Matta, obra pública, que hoy no lo es.
Para evitar confusiones aclaro
que yo no participé ni en la elaboración del mural, ni en su restauración.
La entrevista filmada se
terminó el viernes 16 de marzo del 2012 y en mi segundo viaje a Chile, el 2015,
traté de recuperarla pero no ha sido posible.
-En su
opinión ¿A qué atribuye Ud. el poco conocimiento de parte del campo del arte
sobre Las 40 medidas?
Es el triunfo de las enseñanzas y alienación
que estableció la CIA desde su Congreso Por la Libertad de la Cultura, el
macartismo, la guerra fría desde EEUU, que difundió la idea asumida por muchos
artistas “del arte por el arte” donde se establecía que no era sano ni
recomendable que el arte se mezclara con la política. Según James Petras “la
victoria política perdurable de la CIA, fue que convenció a los intelectuales y
artistas de que el compromiso político serio
y duradero era incompatible con la seriedad del arte y la erudición. En
la actualidad los valores de la guerra fría de la CIA son visibles y
dominantes, en la ópera, el teatro, y las galerías de arte, así como en las
reuniones de profesionales y académicos.”
El evento en cuestión “Las 40 Medidas de la UP”
fue un evento político militante realizado con un lenguaje artístico.
También hoy podemos decir que el
desconocimiento de éstas actividades, incluso en su tiempo de realización, se
debe a la llamada “dictadura o tiranía” de los medios de comunicación, donde la
mayoría está en manos de corporaciones transnacionales de la derecha, empresas
que niegan toda actividad artístico-política que se refiera al socialismo, a la
revolución, al cambio, para lograr sociedades más justas e inclusivas.
No olvido aquella frase, creación de los años
70 del pueblo chileno “el Mercurio miente” tan magistralmente registrada en la
película documental “El diario de Agustín” , circunstancias que no han cambiado
hasta el día de hoy, por el contrario se han acrecentado y con ello la mentira
mediática y la invisibilización de quienes nos oponemos al capitalismo
neoliberal.
OBRAS DE LA EXPOSICIÓN
Obra de Aníbal Ortizpozo "SÍ Y ADELANTE , NO Y BASTA" |
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Panel completo que rodea las dos columnas “Sí y Adelante” y “No y Basta” de la obra de Ortizpozo Nueva Cultura, Educación y Medios de comunicación |
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Público asistente en Plaza Armas La Serena |
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Estudiantes, niños y adultos participan dibujando y pintando en el Evento presentado en Plaza de Armas La Serena |
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