lunes, 27 de agosto de 2012

Evento sobre las 40 medidas de UP

Entrevista a Aníbal Ortizpozo sobre el Evento “LAS 40 MEDIDAS de la Unidad Popular”

Realizada por la Investigadora Daniela Opazo de la Universidad de Chile sobre el Evento que se efectuó en el Museo de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, el 18 de junio 1971 y en la Plaza de Armas de La Serena 12 de septiembre 1971.


1.       Consideraciones Previas.
2.       Entrevista de Daniela Opazo.
3.    Anexos. Documentos y fotos relacionadas


1 CONSIDERACIONES PREVIAS 

Son demasiados años transcurridos, 45 para ser exacto,  como para reconstruir eventos como éstos, que se realizaron en un tiempo que siempre fue insuficiente, debido a que los creadores realizábamos además, tareas políticas simultáneas entre sí: talleres de educación política en fábricas y poblaciones; el desarrollo de la obra personal; trabajos alternativos para el sustento (profesores, diseñadores, etc.). Nos definíamos como trabajadores del arte y la cultura (no como artistas) y  afirmábamos, con sentido de humor, “somos los más y los mejores” porque difícilmente en el campo del arte, música, teatro, danza, literatura, artes visuales, intelectuales en general, podíamos encontrar creadores que no estuvieran apoyando, al gobierno de la Unidad Popular.
Después de ese hermoso sueño de  construcción del Socialismo, que duró tres años, vino la traición, el bombardeo a La Moneda, la muerte, encarcelamientos,  torturas, el humo,  el dolor, el exilio, la quema de talleres,  documentos, libros y obras de arte que habíamos realizado  los artistas de la Unidad Popular.
De las violaciones de los derechos humanos, durante la dictadura, nace el miedo, el olvido voluntario y los disfraces para poder trabajar y sobrevivir. Y es que entre ese olvido y la impunidad, reinante hasta el día de hoy, se ha hecho casi imposible la investigación y reconstrucción de eventos como éste, la Exposición de las 40 Medidas de la Unidad Popular. Se suma a ello, que los participantes de entonces, han fallecido o estamos demasiado viejos, además que se requiere tiempo y recursos económicos para las investigaciones.
Si algo se puede recuperar es por la perseverancia de algunos pocos que nos aferramos a una “porfiada memoria” que permita hacer justicia a la historia del Chile de los años setenta. También estas acciones las dificulta la instauración írrita e ilegal de la Constitución Pinochetista vigente hasta nuestros días. Dura tarea para los que se atreven a investigar y tratar de rescatar eventos importantes y únicos en el arte y la cultura chilena, realizados durante el gobierno de construcción del socialismo del Compañero Presidente Salvador Allende.
Finalmente, todo ello hace que el material que se obtenga, pueda ser considerado aleatorio, remoto, inconsistente y sea necesario desambiguarlo con otras entrevistas a los que participaron en el Evento las Cuarenta Medidas de la Unidad Popular.

2 ENTREVISTA EN SÍ

- ¿Cómo se enteró de la exposición y quién lo invito a participar de la muestra? 
Al respecto, sí creo que hubo artistas que se les invitó a participar a las muchas actividades expositivas que se realizaron. Personalmente, no necesité de una invitación porque los que invitábamos éramos nosotros, el Comité de Artistas de la Unidad Popular, con sede en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Es muy importante saber que los miembros de éste Comité, militantes o no, de los partidos de la U.P., fueron el núcleo ideológico fundador y creadores de un programa artístico-cultural para la construcción del socialismo. Grupo humano que permaneció activo, sus nombres se repiten en casi todos los eventos a los cuales se suman otros artistas plásticos invitados. La primera actividad nuestra fue “El pueblo tiene Arte con Allende”, 30 participantes y 80 exposiciones simultáneas en todo el país, para hacer consciencia y obtener recursos económicos para la campaña presidencial de Allende. 

-¿Participó en otras exposiciones organizadas por el  IAL o el MAC? De ser así ¿Hubo un método de trabajo similar entre las 40 medidas y otras exposiciones del IAL o el MAC
Efectivamente, creo que si la memoria no me traiciona, casi en todas, no sólo del IAL y MAC, también desde el Departamento de Teoría y Enseñanza del Arte, el Centro de Alumnos de Pedagogía en Artes Plásticas, el Departamento de Cultura del Ministerio de Educación, el BAFONA (Ballet Folklórico Nacional), la Casa de la Otra Cultura de la Municipalidad de La Granja, y en infinitas actividades culturales propuestas por obreros y pobladores que  solicitaban nuestra presencia.

-¿Cuál(es) fue la(s) medidas(s) que abordó en dicha muestra?
Puedo decir que no abordé ninguna de las 40 medidas tal como aparecen redactadas en los decretos presidenciales, no obstante, el tema se refería a la “nueva cultura”, educación, y medios  de comunicación. El arte y la cultura aparece en las 40 Medidas, sólo como la medida cuarenta: “Creación del Instituto Nacional del Arte y la Cultura y Escuelas de Formación Artística en todas las Comunas”.


¿Hubo en la(s) medida(s) que participó un trabajo grupal? De ser así ¿Quiénes conformaban su grupo y qué métodos de trabajos usaron?
Por supuesto, todos los trabajos de este evento incluían un artista responsable coordinador para la realización de la obra y grupos de personas afines con formación política-artística. En la obra nuestra, los participantes provenían del taller de grabado de la Casa de La Otra Cultura de La Granja, el Centro de Alumnos de Pedagogía en Artes Plásticas del Departamento de Teoría y Enseñanza del Arte. Entre ellos, los más activos  Luis Moya Gorigoitía, Rolando Viera P. y seis más que me reclamarán por no recordar exactamente sus nombres, aunque sus rostros y apoyo solidario están vivos en mí.
Para la parte conceptual de la obra, usamos  técnicas de dinámica de grupos, para establecer los textos que aparecen en las dos columnas rojas “Sí y adelante” y  “No y basta”.
Las imágenes que están rodeando las columnas fueron dibujadas por mí, sobre cartulinas de colores y recortadas a mano por los integrantes del equipo que además colaboraron en el pegado sobre los paneles de madera. Incluso, personas que pasaban casualmente por donde se estaba trabajando la obra, colaboraban en ella, recuerdo que un pintor de letras que tenía su taller en Matucana, cerca del Museo, se ofreció y realizó los textos en las columnas, nunca supe su nombre.
Tanto el panel, como las columnas las construimos con el apoyo de los trabajadores del Museo de Arte Contemporáneo de Universidad de Chile, Quinta Normal.

-¿Conoce, recuerda, el trabajo de algún otro grupo de la muestra? ¿Eran todas las obras grupales?
Sí, aunque hoy se diluyen en mi memoria, eran tiempos del corre-corre, entrábamos al Museo trabajábamos un poco, en ocasiones después de la jornada laboral de cada uno, y salíamos corriendo. No coincidíamos con el horario de los demás grupos de trabajo. Recuerdo la obra realizada, creo que  por Irene Domínguez para el tema de la Agricultura y la producción de leche, esas vaquitas bailando le sacaban una sonrisa a la gente; las maderas policromadas de la Instalación de Francisco Brugnoli; y el caballo de “La Hormiguita”, Delia del Carril que no es una obra grupal. En otras palabras, no todos los artistas tuvieron la posibilidad de crear un grupo de trabajo y realizaron una individual.

- ¿Cuáles fueron los objetivos que se plantearon para la exposición?
Difundir las 40 medidas de la Unidad Popular desde la visión personal y creativa de sus artistas plásticos. En otras palabras, una poética del compromiso de los trabajadores del arte y la cultura, en la construcción del socialismo, por una sociedad más justa e incluyente.

-¿Qué recepción tuvo el público con la exposición en el momento de la inauguración?
Desde luego, sólo puedo hablar de la asistencia de un púbico cautivo entusiasta que felicitaba a los creadores por su esfuerzo en una actividad que no estaba mediada por ganancias económicas, sino por esfuerzo y convicciones personales. Desde luego, era un público militante y simpatizantes del gobierno de la Unidad Popular. Me estoy refiriendo en a la inauguración en el MAC de Santiago.

-Hubo un principio de incendio en la muestra, en la obra “Contra la violencia reaccionaria y la sedición” ¿Recibieron algún tipo de amenaza previa a este hecho? ¿Se encontraron a los culpables del incendio?
Por una razón que no me explico, y que tiene que ver con mi agitada agenda laboral de esos tiempos, no recuerdo absolutamente nada de éstas interrogantes. Pero leyendo la entrevista a mi querido compañero Guillermo Núñez, no sólo me entero, sino que creo que si sucedió, es como él lo relata, porque siendo Director del MAC, le toca actuar e investigar cuando se suceden hechos como éstos.

-Las 40 medidas viajo a La Serena, sabemos que Ud. fue el gestor de aquella idea. ¿Cómo fue recibida allí la exposición?
 Al tratarse de una exposición al aire libre, en la Plaza de Armas de La Serena, la asistencia fue mucho mayor, dado que nunca se había hecho en esa ciudad una actividad de este tipo. La mirada del público  fue sin prejuicios,  artísticos, ni políticos.
Para ellos, fue un evento cultural-artístico único, pude apreciar el entusiasmo colectivo, tanto de autoridades como del público, que hasta se ofreció para cuidar las obras, además personalmente decidí incluir paneles blancos planos y circulares para que tanto niños como adultos, dibujaran sobre ellos, participación que los hacía sentir orgullosos e invitaban a sus círculos de amigos y familiares, no sólo a ver la muestra sino también su trabajo.
También con la muestra de La Serena al aire libre, confirmó mi hipótesis que tiene que ver con el Museo como un cementerio donde las obras se “sacralizan” y “cosifican” colgadas de un clavo en los muros, con pólizas de seguros de alto costo y sistemas de protección. Nosotros ya teníamos experiencias de exposiciones al aire libre en poblaciones de La Granja y en la Plaza de Armas de Santiago, proyectos que se basados en la democratización de arte, mediante  la participación de los pobladores de las  comunas donde las hacíamos. La razón de éstas acciones era fortalecer o crear una democracia participativa cultural y artística para el pueblo de a pie, que en la mayoría de los países se auto-excluye en un 70% no entrando a los museos, les asusta los vigilantes, el lujo, el pago de entradas, y el trato en general que encuentran. 

-Por el carácter de la muestra y al público que buscaba llegar ¿Considera Ud. como mejor emplazamiento el museo (MAC) o la Plaza de armas de La Serena?
Sin duda, la Plaza de Armas de La Serena. Sigo creyendo en las exposiciones gratuitas al aire libre para incorporar a los ciudadanos que, como expresé con anterioridad, la mayoría del pueblo está fuera del circuito del arte. Pregúntele usted sobre arte a un albañil, a un taxista, a una vendedora de una tienda, incluso a funcionarios de los ministerios y va encontrar respuestas como “No…yo no sé nada de arte.!”

-¿Qué paso con las obras de la exposición una vez finalizada la exposición tanto en Santiago como en La Serena?
No me consta, pero hasta que se pueda demostrar lo contrario, creo que es como dice Guillermo Núñez. Fueron  destruidas o quemadas durante la dictadura cívico-militar chilena.

-Finalizada la muestra. ¿Hubo algún tipo de reflexión por parte de los artistas o instituciones a cargo con respecto al trabajo artístico, los planteamientos teóricos o recepción del público? ¿En qué desembocaron dichas reflexiones?
Sólo pequeñas evaluaciones a nivel académico en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, de las cuales creo que no hay registro de ello. Tampoco ha sido fácil encontrar crítica o reseñas de prensa. La excepción a la regla fue el evento “América no invoco tu nombre en vano” al que considero como el más criticado, comentado y reseñado en la prensa. 

-¿Qué sabe de los pobladores de La Granja que participaron en la exposición y llevaron al plano plástico la medida “La nueva cultura”? ¿Tuvo interacción directa con ellos? 
Los pobladores de La Granja que participaron en el equipo que me tocó dirigir, quedaron súper motivados. De allí nace el deseo de ellos de hacer una exposición en el MAC con sus grabados, aquí vale la pena decir que así como la memoria me traiciona a mí, también lo hizo con otras personas, cuando afirman, por su cercanía en el tiempo de inauguración  que la exposición de Grabados de Pobladores de la Granja, fue parte de la exposición de las 40 Medidas, lo cual no fue así.
La exposición de las 40 Medidas en el MAC fue el 18 de junio de 1971, mientras de la de los Grabados de los pobladores de La Granja fue, también en el MAC, del 8 al 30 de mayo de 1971, la cual la llevé a La Serena con patrocinio del Departamento de Arte de la Universidad de Chile, sede La Serena que dirigía el Profesor Jorge Iribarren. Dicha muestra fue inaugurada en el mes de mayo de 1972, hay una reseña de prensa con las palabras del Profesor Iribarren. 

-¿Cómo fue su experiencia como director de la Casa de Cultura de La Granja?
Para ser justo con esa experiencia, extraordinaria, única, tendría que escribir un libro. No obstante, resumiré en pocas líneas parte de ella:
Lo de la Granja es una historia muy larga, efectivamente soy el creador (fundador) de la que llamamos CASA DE LA OTRA CULTURA de La Municipalidad de la Granja, hoy gran Centro Cultural, de cuyos orígenes fundacionales quiso apropiarse la Dictadura y después lo desarrolló la Concertación.

La sede fue la casa patronal del Fundo la Bandera, experiencia romántica, altamente exitosa para su tiempo, espacios que se me  entregaron vacíos. Fue el compañero Pascual Barraza, para ese entonces Ministro de Obras Públicas de Allende, que me contactó, a fin que desarrollara un proyecto cultural para el cambio y por el socialismo.

En lo fundacional, lo primero que hice, fue convocar a una consulta de pobladores en una asamblea de dirigentes de las organizaciones de base, para que me dijeran, mediante una encuesta, cuáles eran sus necesidades culturales y artísticas, eran cerca de 300 poblaciones a las cuales se accedía principalmente por la Avenida Santa Rosa. Yo vivía en una parcela alquilada en las Rosas, a la altura del paradero 37 de La Granja.
Convocamos a los pobladores perifoneando desde un viejo Volkswagen que recorrió todos los barrios. La asamblea tuvo una asistencia masiva, aplicamos la encuesta y... ¡oh sorpresa!, las necesidades no eran las que todos los intelectuales y artistas creíamos… Las necesidades más relevantes fueron: 1. La falta de información y comunicación entre las comunidades; 2. La inseguridad ciudadana; 3. La aridez y falta de arborización de las calles, parques, áreas verdes, etc.; además de otras donde los talleres artísticos no aparecieron y sobre dichos requerimientos, planificamos y programamos el trabajo.

La “Casa de la Otra Cultura” nació sin presupuesto, sólo donaciones ocasionales de mobiliario y materiales. Los primeros talleres apuntaron a la enseñanza y construcción de diarios murales, creación e impresión de folletos; una sala de lectura; educación política y música. Con el tiempo, se fueron incorporando otras especialidades. Los facilitadores fueron voluntarios o profesores destinados provenientes de instituciones del Estado.
Una de las donaciones más preciadas fue que el IDIM (Instituto de Investigaciones Marxistas) donó una valiosa prensa para grabado artístico que había pertenecido al reconocido artista Pedro Lobos, que da origen al taller de grabado de los pobladores de La Granja, donde fui su facilitador y que posteriormente realiza  la exposición  en Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile.

Para ese tiempo, existían casas de la Cultura, como la de San Miguel, pero yo pensaba, y pienso, que esas casas de la cultura fomentan el individualismo desclasando a los participantes que al ingresar a sus talleres lo hacían sólo para beneficio y lucro personal.

En nuestra “Casa de la Otra Cultura”, lo más definitorio, fue que los que asistían, eran designados por las organizaciones comunitarias de Base, tenían el deber de enseñar en su comunidad lo que habían aprendido con nosotros. Fuimos unos adelantados de la autogestión y la práctica multiplicadora de la enseñanza en los talleres y cursos. No pretendíamos tener la verdad, era una experiencia más, pero con imaginación política.

¡Sorpresa!, por las sinrazones de la burocracia y lucha por el poder político, dentro de la UP, tomé la decisión de renunciar, facilitando así su continuación.  Dejé la Casa de la Otra Cultura de La Granja contra mi voluntad en pleno funcionamiento, con un equipo de profesores voluntarios  y cerca de 300 alumnos en su mayoría adultos. Han pasado más de 40 años, y si en la recuperación de la memoria histórica verdadera, es necesario decirlo, ya no hay ninguna razón para callar el porqué de mi alejamiento.
Cuando fui a Chile por primera vez, en el 2012 después de 35 años, el alcalde de ese tiempo, Claudio Eugenio Arriagada Macaya, reconoció públicamente y en ceremonia interna que yo había sido el fundador de ese Centro. El encargado de cultura, Stanley Dennis Freeman, ordenó que se me hiciera una larga entrevista, la que se  filmó teniendo como fondo el mural restaurado de Matta con la Brigada Ramona Parra del PC.

Con la elección de Piñera, salió el alcalde y  cambiaron al encargado de Cultura, NUNCA me enviaron la entrevista, donde hablo en extenso sobre mi experiencia cultural en La Granja, también cuestiono el emplazamiento del mural de Matta, obra pública, que hoy no lo es.
Para evitar confusiones aclaro que yo no participé ni en la elaboración del mural, ni en su restauración.
La entrevista filmada se terminó el viernes 16 de marzo del 2012 y en mi segundo viaje a Chile, el 2015, traté de recuperarla pero no ha sido posible.

-En su opinión ¿A qué atribuye Ud. el poco conocimiento de parte del campo del arte sobre Las 40 medidas?
Es el triunfo de las enseñanzas y alienación que estableció la CIA desde su Congreso Por la Libertad de la Cultura, el macartismo, la guerra fría desde EEUU, que difundió la idea asumida por muchos artistas “del arte por el arte” donde se establecía que no era sano ni recomendable que el arte se mezclara con la política. Según James Petras  “la victoria política perdurable de la CIA, fue que convenció a los intelectuales y artistas de que el compromiso político serio  y duradero era incompatible con la seriedad del arte y la erudición. En la actualidad los valores de la guerra fría de la CIA son visibles y dominantes, en la ópera, el teatro, y las galerías de arte, así como en las reuniones de profesionales y académicos.”
El evento en cuestión “Las 40 Medidas de la UP” fue un evento político militante realizado con un lenguaje artístico.

También hoy podemos decir que el desconocimiento de éstas actividades, incluso en su tiempo de realización, se debe a la llamada “dictadura o tiranía” de los medios de comunicación, donde la mayoría está en manos de corporaciones transnacionales de la derecha, empresas que niegan toda actividad artístico-política que se refiera al socialismo, a la revolución, al cambio, para lograr sociedades más justas e inclusivas.
No olvido aquella frase, creación de los años 70 del pueblo chileno “el Mercurio miente” tan magistralmente registrada en la película documental “El diario de Agustín” , circunstancias que no han cambiado hasta el día de hoy, por el contrario se han acrecentado y con ello la mentira mediática y la invisibilización de quienes nos oponemos al capitalismo neoliberal. 


Parte de los Artistas participantes en el Evento Las 40 Medidas de la Unidad Popular.  De izquierda a derecha, de pie a: Dino Di Rosa, Tatiana Álamos y Gracia Barrios, Angélica Figueroa de León, Mario Carreño, Delia Del Carril, Aníbal Ortizpozo, Irene Domínguez.
Abajo: Dinora Doudtchitzky, Carlos Ortuzar



OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 

Obra de Aníbal Ortizpozo "SÍ Y ADELANTE , NO Y BASTA"

Panel completo que rodea las dos columnas “Sí y Adelante” y “No y Basta” de la obra de Ortizpozo
 Nueva Cultura, Educación y Medios de comunicación













Público asistente  en Plaza Armas La Serena


Estudiantes, niños y adultos participan dibujando y pintando en el Evento
presentado en Plaza de Armas La Serena


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